En los laberintos del Valle de Chalco, en el Estado de México, se devela un oscuro capítulo en la historia de Abdiel de Jesús Partido Chávez, un recién nacido que fue sustraído de su hogar en la colonia El Renacimiento, Pachuca. La trama se enreda con la participación de un agente policial activo, cuya sombra se alarga sobre los acontecimientos que se desplegaron en la oscura madrugada del jueves pasado.

La escena se tiñe de misterio cuando Nelly Janeth Ramírez o Nelly Jaqueline Ramírez, vinculada al servicio doméstico de la familia, urdió un plan maestro que sumió en el inconsciente a la madre, la abuela y un tío del pequeño Abdiel. Un té les robó la conciencia, permitiendo así que la mujer se apoderara del bebé, junto con documentos y dispositivos electrónicos.

A través de la danza de cámaras de videovigilancia se descubre que la travesía de Nelly Janeth Ramírez se tejió hacia Tulancingo. En ese escenario, un entramado de vehículos y taxis se convierte en la partitura que guía el rastro de la secuestradora. Un taxista, testigo fugaz, relata que una mujer con un niño solicitó sus servicios con destino a Tulancingo.

Los hilos de la intriga se tensan cuando, en el Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C5), se confirma que la mujer y el menor fueron abandonados en Tulancingo. Sin embargo, la sorpresa envuelve la narrativa cuando se revela que la mente maestra detrás de este crimen es un agente policial en activo, que, como un personaje de doble faz, desempeñaba su papel en las sombras del Valle de Chalco.

La estrategia orquestada para atrapar a los perpetradores lleva a la realización de cateos, a la espera de desentrañar los secretos ocultos en los domicilios señalados por la inteligencia. El destino del infante, aún desconocido, pende de un hilo mientras la madre y el bebé, reunidos por fin, encuentran refugio bajo el resguardo policial.

La Policía Violeta, con su manto protector, custodia la familia, que será trasladada a la Fiscalía del Estado de México para el esclarecimiento de los hechos, antes de ser escoltada de regreso a Pachuca. Mientras tanto, en un complicado tablero internacional, Interpol despliega sus redes para dar caza a los responsables, con órdenes de aprehensión que flotan en el aire.

La trama, aún en desarrollo, revela que Nelly Janeth o Nelly Jaqueline Ramírez, junto con su cómplice policial en licencia médica, forman parte de este turbio episodio. La incertidumbre persiste, pero en este drama, la esperanza surge con la confirmación de la integridad del pequeño Abdiel, quien, entre las sombras de la intriga, aguarda la resolución de su destino a través de pruebas genéticas que buscan esclarecer su identidad.

Robo de menor
La madrugada del jueves 25 de enero, cuando el infante tenía tres días de nacido, Nelly Ramírez se lo llevó, junto con sus documentos –no estaba registrado– y los celulares de sus familiares inconscientes.