En un llamado urgente a reconocer y valorar el trabajo de las trabajadoras del hogar, Ariana González Rodríguez, técnica académica del Centro de Investigación y Estudios de Género de la UNAM, resalta la persistente explotación y discriminación que enfrentan estas mujeres, instando a erradicarla desde todos los ámbitos de la sociedad.

Con motivo del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, establecido el 30 de marzo por la ONU, González Rodríguez subraya la exclusión y discriminación histórica que estas trabajadoras han enfrentado, relegadas a un rol en el hogar y asociadas principalmente con el cuidado de niños y personas mayores, una labor vital pero sistemáticamente menospreciada.

A pesar de los esfuerzos por brindar protección a sus derechos laborales, el trabajo doméstico remunerado continúa siendo mal pagado y desarrollado en condiciones de explotación, generando estigmas sociales que solo pueden ser erradicados con un cambio profundo en la percepción y apreciación de esta actividad esencial para el bienestar de millones de hogares.

Datos del INEGI revelan que en México, el trabajo del hogar involucra a 2.5 millones de personas, predominantemente mujeres, con una brecha salarial significativa y una paga promedio por debajo del salario mínimo, además de la falta de garantías laborales básicas como vacaciones, espacios seguros y trato digno.

Aunque se han logrado avances en el acceso a algunas garantías laborales, como lo refleja la modificación de la Ley Federal del Trabajo, González Rodríguez destaca que estas normativas suelen incumplirse y prevalece la invisibilización y el estigma.

Enfrentando además otras formas de discriminación vinculadas con la clase social, etnia o situación familiar, estas trabajadoras merecen un reconocimiento pleno de su labor por parte de la sociedad en su conjunto, no solo como una cuestión de justicia, sino como un paso crucial para la viabilidad económica y productiva de millones de hogares.